Nueva investigación afirma que hidroxicloroquina combinada con zinc reduce las muertes por COVID-19
Ahora bien, Risch y sus coautores explican en su artículo que la razón para usar HCQ y zinc es la siguiente:
“La hidroxicloroquina (HCQ) es un medicamento antipalúdico/antiinflamatorio que impide la transferencia endosomal de los viriones dentro de las células humanas. La HCQ es también un ionóforo de zinc que transporta zinc intracelularmente para bloquear la ARN polimerasa dependiente del ARN del SARS-CoV-2, que es la enzima central de la replicación del virus”.
“Los estudios retrospectivos y los ensayos aleatorizados actualmente finalizados han mostrado en general estos resultados”.
“1. cuando se inician en una fase tardía del curso hospitalario y durante períodos cortos de tiempo, los antimaláricos parecen ser ineficaces”.
“2. cuando se inician antes en el curso de la hospitalización, durante periodos de tiempo progresivamente más largos, y en pacientes externos, los antimaláricos pueden reducir la progresión de la enfermedad, prevenir la hospitalización, y se asocian con una reducción de la mortalidad…”.
“Un tratamiento típico de HCQ es de 200 mg bid durante 5 días y se extiende a 30 días en caso de que los síntomas continúen. Se debe utilizar una dosis mínima suficiente de HCQ, ya que en dosis excesivas el medicamento puede interferir con la respuesta inmunitaria temprana al virus…”.
“El zinc es un conocido inhibidor de la multiplicación del coronavirus (…) Esta terapia no tóxica disponible fácilmente se podría desplegar ante los primeros signos de COVID-19. Las pastillas de zinc se pueden administrar 5 veces al día durante un máximo de 5 días y ampliarse si es necesario si los síntomas persisten”.
Vale la pena señalar que en las zonas donde es difícil conseguir hidroxicloroquina, el suplemento nutricional quercetina puede ser un sustituto útil (y tal vez incluso mejor), ya que su mecanismo de acción principal es idéntico al del medicamento. También tiene su propia actividad antiviral.
Ahora bien, Risch y sus coautores explican en su artículo que la razón para usar HCQ y zinc es la siguiente:
“La hidroxicloroquina (HCQ) es un medicamento antipalúdico/antiinflamatorio que impide la transferencia endosomal de los viriones dentro de las células humanas. La HCQ es también un ionóforo de zinc que transporta zinc intracelularmente para bloquear la ARN polimerasa dependiente del ARN del SARS-CoV-2, que es la enzima central de la replicación del virus”.
“Los estudios retrospectivos y los ensayos aleatorizados actualmente finalizados han mostrado en general estos resultados”.
“1. cuando se inician en una fase tardía del curso hospitalario y durante períodos cortos de tiempo, los antimaláricos parecen ser ineficaces”.
“2. cuando se inician antes en el curso de la hospitalización, durante periodos de tiempo progresivamente más largos, y en pacientes externos, los antimaláricos pueden reducir la progresión de la enfermedad, prevenir la hospitalización, y se asocian con una reducción de la mortalidad…”.
“Un tratamiento típico de HCQ es de 200 mg bid durante 5 días y se extiende a 30 días en caso de que los síntomas continúen. Se debe utilizar una dosis mínima suficiente de HCQ, ya que en dosis excesivas el medicamento puede interferir con la respuesta inmunitaria temprana al virus…”.
“El zinc es un conocido inhibidor de la multiplicación del coronavirus (…) Esta terapia no tóxica disponible fácilmente se podría desplegar ante los primeros signos de COVID-19. Las pastillas de zinc se pueden administrar 5 veces al día durante un máximo de 5 días y ampliarse si es necesario si los síntomas persisten”.
Vale la pena señalar que en las zonas donde es difícil conseguir hidroxicloroquina, el suplemento nutricional quercetina puede ser un sustituto útil (y tal vez incluso mejor), ya que su mecanismo de acción principal es idéntico al del medicamento. También tiene su propia actividad antiviral.
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